viernes, 19 de octubre de 2007

Los Pumas terminaron de pie ante Sudáfrica


No pudo ser. En semifinales cayó el sueño argentino en el Mundial de Rugby. Los Pumas perdieron 37-13 frente a Sudáfrica en Saint Denis y resignaron la chance de clasificarse para el partido decisivo. Inglaterra y Sudáfrica chocarán por el título, mientras que los dirigidos por Loffreda se medirán el viernes con Francia en el partido por el tercer puesto.

Argentina arrancó decidido, jugando en campo contrario e intentando progresar por el lado de los forwards. Las imprecisiones en el manejo, sin embargo, impedían hacían que el equipo de Loffreda no pudiera culminar de la mejor manera sus maniobras ofensivas. Mientras, los Springboks aguantaban agazapados y trataban de sorprender poniendo la pelota rápidamente en juego.

Increíble pero real. En el primer movimiento coordinado de Argentina, con forwards y backs ganando metros a pura habilidad y potencia, llegó el try sudafricano. Fue a los 6 minutos, cuando Felipe Contepomi intentó jugar la pelota en el centro de la cancha y Fourie du Preez, el medio scrum de los Springboks interceptó el pase y corrió en soledad hacia el in goal. Percy Montgomery acertó en la conversión y el marcador quedó 7-0. El equipo de Jake White demostraba toda su contundencia.

Los Pumas no se desanimaron y se adelantaron en busca del descuento. Tras un intento fallido de drop de Hernández, Felipe Contepomi convirtió un penal y puso las cosas 7-3. Sin embargo, Montgomery respondió de penal a los 15 luego de un error de Corleto en la recepción. Llegando a la mitad del primer tiempo, el trámite era parejo, con los argentinos cuidándose de no cometer errores ya que Sudáfrica cobraba con puntos cada imprecisión de los de Loffreda.

Argentina metía presión con el maul, pero tenía muchos problemas en las formaciones fijas, principalmente en el line out. Además, quizás producto de los nervios, había errores en la recepción y Pichot –muy presionado– no siempre tomaba la decisión más acertada. Pese a ello, Los Pumas se las arreglaron para acercarse en el resultado con otro penal de Felipe Contepomi (10-6).

Era la oportunidad para presionar e irse al descanso muy cerca o incluso arriba en el marcador. Sudáfrica le seguía cediendo la iniciativa a Argentina, y así volvió a desnivelar. A los 31, a Longo le faltó vocación ofensiva en una incursión por la banda izquierda y los Springboks pudieron recuperar la pelota. Rápidamente trasladaron el juego hacia la derecha y el wing Habana aprovechó la ausencia de Corleto en el fondo para jugar un sombrero y correr hacia un nuevo try. Montgomery convirtió y todo quedó 17-6.

Para colmo de males, la primera parte se cerró con otro try de los sudafricanos: Hernández cometió knock on al querer despejar a la salida de un ruck y, jugando con ventaja, los Springboks movieron la pelota con velocidad para que el octavo Rossouw apoyara. Después de haber hecho todo el gasto, Argentina se fue al descanso abajo por 18 (24-6), padeciendo mucho la contundencia de su rival.

Pese a la desventaja, Argentina mantuvo la actitud en el inicio de la segunda etapa. Y tuvo su premio. A los 4, Los Pumas recuperaron una pelota en un ruck y la abrieron hasta que Manuel Contepomi apoyó con lo justo ante el cierre desesperado de Montgomery. Felipe acertó en la conversión para un 24-13 que reabrió la puerta de la ilusión.

Sudáfrica continuaba sin mostrar iniciativa y apelaba constantemente a las infracciones, pero Los Pumas no podían capitalizar sus oportunidades. Igual que ante Escocia, el mayor enemigo del equipo argentino era su propia falta de contundencia. Hubo una buena chance a los 21, ya que los sudafricanos cometieron un penal, pero Corleto se equivocó al querer jugarlo rápido: terminó reteniendo la pelota cuando le llegó la marca y todo derivó en otro penal, esta vez para los Springboks.

El partido se iba y la diferencia seguía siendo de 11 puntos. La segunda línea de Sudáfrica (Bakkies Botha y Victor Matfield) era determinante en defensa y en el line, un aspecto del juego en el que Argentina dio ventaja y que terminó siendo decisivo para el resultado final. Montgomery acertó un penal a 10 minutos del final y llevó el marcador a 27-13.

El full back sudafricano volvió a decir presente con otro penal a los 34. Fue su sexto acierto en igual cantidad de envíos a los palos. Y el séptimo llegó con una conversión tras un nuevo try de intercepción, esta vez a cargo de Habana, quien anotó el segundo de su cuenta personal. En el cierre hubo muchos roces, algo innecesario ya que el pase a la final estaba sentenciado. Juan Smith y Felipe Contepomi salieron con tarjeta amarilla y los últimos minutos entregaron una imagen deslucida de uno y otro lado.

Quedó entonces un sabor amargo para Los Pumas, sobre todo porque salieron a jugar el partido como debían hacerlo. Fueron a buscar un resultado histórico pero chocaron con una potencia. Queda claro, de todas formas, que la derrota de hoy no empaña una actuación única. Lo hecho en este Mundial –se gane o se pierda el viernes ante Francia en el partido por el tercer puesto– seguramente servirá como el punto de partida para una refundación del rugby argentino.

No hay lugar para los reproches. Todo debe ser reconocimiento para un grupo que hizo de la entrega y el coraje su plataforma para pelearle de igual a igual a los más grandes de este deporte. Antes de cada partido y con lágrimas en los ojos, ellos juraron con gloria morir. Y así lo hicieron.

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